El diablo es un arquetipo del mal, también conocido como una personificación de cualquier cosa que la sociedad considere como malvada o inmoral. Sin embargo, Satanás se usa principalmente en la religión como un espíritu usado para tentar al hombre a pecar y todo lo que desafía la ley del bien.

El origen de la palabra «diablo» se deriva de una palabra griega que significa difamador o acusador. Satanás deriva del significado en hebreo, acusador, con el énfasis en el origen de Satanás como un pez cavernario que relaciona el infierno con el subsuelo.

El diablo no recibe tanto reconocimiento en el mundo, pero hay toda una religión establecida para la adoración de Satanás como una deidad del orgullo y la liberación.

El diablo generalmente se percibe como un personaje de hombre rojo con cuernos, una cola de flecha afilada junto con un cuchillo tenedor. A menudo, al diablo se le da un carácter masculino, ya que la mayoría retrata al diablo como «él».

Satanás es usualmente una criatura parecida a una cabra con cuernos afilados y dos dedos que simbolizan el signo de la paz. A pesar de no ser específico de género, las características exteriores de mitad cabra y mitad hombre sugieren que es macho debido a la falta de rasgos femeninos y la presencia de un cofre plano.