El home staging y el interiorismo comparten varios elementos en común. Ambos implican decorar una propiedad con muebles, arte y decoración para mejorar el aspecto de los espacios. Aunque comparten estas similitudes, su propósito no podría ser más diferente.
El diseño de interiores está destinado a abarcar las preferencias de un propietario al crear un espacio muy personal que gira en torno a sus necesidades, deseos y gustos únicos. El diseño de interiores se realiza para mejorar un espacio y hacerlo más agradable para el propietario actual. El home staging, sin embargo, está en marcado contraste con esto. El objetivo del home staging es crear un espacio impersonal que atraiga al mayor número de clientes potenciales. El home staging se realiza en una propiedad en venta o alquiler para llamar la atención sobre los puntos fuertes y restar valor a los defectos.
Al preparar una casa para el mercado, es importante que los propietarios entiendan que su casa no se está decorando para satisfacer sus gustos. La elección de los colores y la selección de muebles debe ser realizada por el profesional en función de lo que hará que la propiedad se destaque, se fotografíe bien y produzca una venta rápida. Un home stager sabrá exactamente lo que buscan los compradores potenciales y tomará decisiones que darán la mejor primera impresión al inmueble que está en el mercado.
Un profesional hará recomendaciones al propietario actual que impactarán positivamente en la rentabilidad del cliente por la menor inversión posible. Las mejoras podrían incluir la renovación de la pintura de las paredes, nuevos suelos, la mejora o actualización de la plomería o los accesorios de iluminación, etc.