La codicia de la humanidad no tiene límites. Lamentablemente, hay personas que están dispuestas a hacer cualquier cosa por el poder y el dinero, incluso recurrir a la delincuencia. Dos de esos delitos son la extorsión y el chantaje. Ambos se clasifican como delitos de robo o hurto, es decir, un delito monetario.
Tanto la extorsión como el chantaje significan forzar a alguien a hacer algo que no quiere. Por lo general, eso implica entregar dinero, propiedades o algo de más valor.
La extorsión se refiere a una situación en la que una persona amenaza a la víctima con violencia si no le proporciona al extorsor el dinero o la propiedad. La amenaza puede ser violencia contra la víctima, alguien que la víctima conoce, daño a la propiedad o contra la reputación de la víctima.
El chantaje amenaza a una persona con la ruina social, emocional o profesional a cambio de una compensación monetaria o de hacer algo que el chantajista quiera.