El papel fotográfico brillante es el más utilizado. Tiene grados de brillo que van de lo normal a lo alto. El revestimiento brillante de este tipo de papel fotográfico hace que los colores de la fotografía parezcan más vibrantes y permite ver con claridad los detalles más pequeños. Sin embargo, en una habitación o entorno con mucha luz, el brillo provoca un resplandor, lo que dificulta un poco la visualización de la impresión desde ciertos ángulos. Además, el papel fotográfico brillante tiende a acumular polvo y es propenso a las huellas dactilares cuando se sostiene, especialmente para impresiones en blanco y negro. Por lo tanto, las fotos impresas en este tipo de papel fotográfico pueden verse sucias.
El papel fotográfico mate es lo opuesto al brillante, ya que carece de esa calidad pulida. Las fotos impresas en este tipo de papel fotográfico no tendrán el mismo aspecto vibrante y elegante que las fotos brillantes. Sin embargo, con su textura, el papel mate es bueno para no recolectar huellas digitales y polvo, y es la mejor opción para fotos en blanco y negro. Este tipo de papel fotográfico es más barato y, en consecuencia, se usa generalmente para la impresión de folletos y volantes.
La diferencia entre una foto brillante y una foto mate es bastante simple. Una foto brillante tiene una calidad brillante que permite que los colores existentes cobren vida, haciendo que los diferentes detalles parezcan bien definidos. Además, tiene un aspecto más impresionante que una foto mate. Sin embargo, la misma calidad que lo hace elegante es la misma calidad que provoca su defecto, es decir, recolectar huellas dactilares y polvo que resultan en una apariencia sucia si no se manejan con cuidado o no se mantienen adecuadamente. Mientras tanto, una foto mate, a pesar de tener una apariencia menos llamativa debido a la ausencia de brillo, no tiene dicho defecto.