La historia muestra que siempre hemos dependido de la agricultura para nuestra supervivencia. Ya sean especias, cultivos, ropa, muebles, etc., hemos estado cultivando e intercambiando estos artículos, desde hace siglos. Incluso después de la industrialización, la agricultura constituye la columna vertebral de nuestras economías modernas. La agricultura sigue siendo uno de los principales contribuyentes en el total del Producto Interno Bruto (PIB) acumulado del mundo, a pesar del establecimiento y desarrollo de otras industrias del sector privado como la tecnología de la información, bienes de consumo, petróleo, etc.
La agricultura se define como el proceso de cultivo junto con la crianza de animales, para producir alimentos y productos alimenticios. La agricultura es un término general que abarca una amplia gama de actividades tales como riego, ganadería, agricultura de secano, agricultura orgánica, agricultura sostenible, etc.
Las fábricas a gran escala, como los textiles, los productos farmacéuticos y el azúcar, también dependen de la agricultura para obtener su materia prima.
El riego es el procedimiento de suplementar las tierras agrícolas con agua para varios propósitos. La irrigación de las tierras vegetativas ayuda a producir una gran cantidad de cultivos y de buena variedad. Muchas tierras no reciben las precipitaciones adecuadas según lo requerido, e incluso si lo hacen, la cantidad de lluvia recibida no siempre es uniforme.
El riego sirve como una brillante alternativa para ayudar a que el suelo se consolide y recupere los nutrientes perdidos para producir la calidad esperada de los cultivos. Además del cultivo, el riego también se utiliza para el tratamiento de aguas residuales, para eliminar las aguas superficiales y subterráneas, y para mantener el paisaje. Algunas veces, el riego también se utiliza para reprimir las plantaciones de malezas y mantenerlas bajo control.