En la mediación, el facilitador debe ser imparcial y objetivo con respecto a la disputa de las partes, mientras que en la conciliación el facilitador juega un papel más activo.
En la mediación, se alienta a las partes a encontrar una solución, y el facilitador solo actúa como guía. Mientras que con la conciliación, el facilitador tiene la responsabilidad de identificar los objetivos de las partes y ayudar activamente a encontrar una solución.
Dentro de la mediación, el facilitador no da ningún juicio. Con la conciliación, el facilitador también desempeña el papel de evaluador e interventor que basa la solución en lo que considera la solución más beneficiosa.
No es necesario encontrar una resolución cuando se trata de la mediación, el objetivo es un acuerdo. Con la conciliación, una resolución es un resultado necesario y es ejecutable como un decreto del tribunal civil.
La mediación se rige por la Ley del Código de Procedimiento Civil de 1908. La conciliación se rige por la Ley de arbitraje y conciliación de 1996.
La mediación interviene cuando ha surgido un conflicto o disputa sustancial que requiere intervención profesional. La conciliación se utiliza de forma preventiva y tiene como objetivo evitar que una disputa se convierta en algo sustancial.