Un médico es un profesional que ha estudiado medicina y cuyo trabajo es restaurar la salud de las personas que examina. Debe actuar en casos de enfermedad y lesión de acuerdo con su conocimiento y capacitación. La medicina se divide en numerosas ramas y los médicos se especializan en el estudio y el tratamiento de cada uno de ellas.

Antes de convertirse en una ciencia, las personas de las primeras tribus fueron tratadas por médicos brujos y hombres y mujeres sabios de la aldea que sabían mucho sobre plantas y podían hacer curas y brebajes para enfermedades internas.

Una enfermera es una persona que ha sido capacitada para ayudar a los médicos y para cuidar y controlar a los pacientes. En situaciones leves y no críticas, pueden evaluar el estado de salud del paciente, sugerir un plan médico e implementarlo sin la supervisión de un médico. Las escuelas y universidades, las residencias de ancianos, las instalaciones militares, los hospicios y otras instituciones similares suelen tener una oficina de enfermería para problemas médicos no graves que pueden tratarse en el acto o pueden identificarse y dirigirse a un médico especializado.

Existen varios tipos de enfermeras, según el nivel de su formación y sus certificaciones.

Los médicos son los que dan un diagnóstico y deciden el tratamiento, mientras que las enfermeras son las que aplican el tratamiento y controlan al paciente. Sin embargo, en los últimos años, la enfermería se ha ido acercando cada vez más a los estudios de medicina general y se han traspasado más responsabilidades de los médicos a las enfermeras. Tanto los médicos como las enfermeras reciben mucha capacitación. La principal diferencia radica en el hecho de que los médicos se especializan, mientras que la capacitación de las enfermeras es más genérica para poder ayudar en diversas áreas cuando sea necesario. Los médicos son los que operan y tienen enfermeras especializadas en cirugía que ayudan.