La principal diferencia entre el níquel satinado y el níquel cepillado es la forma en que se logran los dos tipos de enchapado o acabado. El níquel satinado se somete a un proceso de electrólisis, mientras que el níquel cepillado se adapta a un intrincado proceso de cepillado.
El níquel cepillado da una apariencia más brillante, en comparación con la apariencia opaca habitual del níquel satinado. El proceso utilizado para lograr un acabado de níquel cepillado es significativamente menos costoso que los otros procesos de revestimiento.
Un acabado de níquel cepillado se logra utilizando un cepillo de alambre o cualquier herramienta similar, para crear un aspecto suave y consistente. El proceso de electrólisis o galvanoplastia para el níquel satinado se realiza chapando un metal sobre otro por hidrólisis. Los accesorios con acabado de níquel satinado a menudo son más caros que los que tienen acabado de níquel cepillado.