El propano y el butano son nombres de gases que tienen muchas similitudes y tienen propósitos similares. Ambos son muy conocidos en la actualidad y se utilizan como combustible para fines industriales y residenciales. Ambos son subproductos del petróleo, pero tienen diferentes estructuras químicas y tienen diferentes características. Ambos gases tienen propiedades diferentes y sus propias ventajas y desventajas.
Mientras que el propano es un alcano de tres carbonos que contiene tres átomos de carbono y ocho átomos de hidrógeno, el butano es un alcano de cuatro carbonos que contiene cuatro átomos de carbono y diez átomos de hidrógeno. Tanto el propano como el butano pueden obtenerse en forma de petróleo o gas natural. Para fines de transporte, se convierten en líquidos al comprimirlos y rellenarlos en cilindros de gas o distribuirlos a través de gasoductos. Ambos son combustibles, y liberan agua y dióxido de carbono durante la combustión. Sin embargo, cuando hay falta de oxígeno, tanto el propano como el butano se queman y producen hollín y dióxido de carbono.
De los dos, el propano es más comúnmente utilizado como combustible para los hogares. También se usa como combustible para vehículos en los que se les agregan butileno, propileno y butano. Dado que el propano es un gas inodoro, el etanotiol se agrega cuando se usa como combustible para los vehículos, lo que facilita su detección en caso de fugas.
Aunque el butano se usa con menos frecuencia que el propano, es un gas combustible muy útil. Se utiliza en estufas de camping, encendedores de cigarrillos y también como combustible en aerosoles. El butano es más barato que el propano y también es más eficiente en el uso de la energía ya que produce más energía por unidad de combustible durante la combustión. Aún así, se usa con menos frecuencia ya que es difícil hacer tanques que puedan contener este gas. Como el butano es un 12% más liviano que el propano, es ideal para mochileros, ya que tienen que cargar menos peso en la espalda.
El propano va mejor cuando se usa en climas fríos, ya que tiene un punto de ebullición más bajo. Se puede almacenar a una presión más alta y se quema fácilmente a temperaturas de congelación.