Reflexionar y argumentar son dos procesos mentales diferentes que tienen objetivos y características distintas.
Reflexionar implica pensar profundamente sobre un tema o idea, considerando diferentes puntos de vista y emociones personales. La reflexión puede ser subjetiva y se enfoca en el proceso interno de pensamiento, en lugar de en la comunicación o persuasión de otros.
Por otro lado, argumentar implica presentar razonamientos y evidencias para apoyar una posición o creencia. El objetivo de argumentar es persuadir a los demás de que la posición es correcta, mediante la presentación de pruebas y razonamientos lógicos. La argumentación es más objetiva y se enfoca en la comunicación y persuasión de otros.
En resumen, reflexionar se enfoca en el pensamiento interno, mientras que argumentar se enfoca en la comunicación y persuasión de otros. Ambas son habilidades importantes en la vida y pueden ser utilizadas juntas, ya que reflexionar sobre un tema puede ayudar a desarrollar un argumento más sólido.