Una sanguijuela es un gusano anélido, que vive según su categoría, mientras que una babosa es un molusco, que vive y sobrevive completamente en las plantas.
Las sanguijuelas son gusanos, pertenecientes a phylum Annelida y subclase Hirudinea. Comúnmente se les llama chupadores de sangre y son aplicables en campos médicos y terapias. No poseen pies o cerdas para la locomoción y, por lo tanto, su movimiento se realiza a través de la contracción y relajación de los músculos, también utilizan ventosas que tienen en la parte delantera y trasera del cuerpo. Sus cuerpos son sólidos, ya que los espacios en su celoma son densos con los tejidos conectivos. La reproducción en sanguijuelas es la misma que la de las lombrices de tierra, excepto que los espermatozoides se almacenan en espermatóforos, que son sacos fuera del cuerpo de la sanguijuela. Se alimentan de sangre, esto las hace útiles en tratamientos.
Las babosas son moluscos terrópodos, pertenecen al Filo Mollusca y clase Gastropoda. Básicamente viven en tierra y mar. Uno de los géneros de babosas de agua dulce es Acochlidium. Se sabe que las babosas sufren una torsión de 180 ° de los órganos internos durante sus etapas de desarrollo. Tienen cuerpos blandos y viscosos que son propensos a la desecación. Por lo tanto, las babosas que viven en la tierra se limitan al clima húmedo y se supone que deben retirarse a sus escondites cuando el clima es seco.
En resumen, las sanguijuelas son anélidos que son gusanos segmentados, mientras que las babosas son moluscos que dependen totalmente de las plantas para su supervivencia. Las sanguijuelas tienen su importancia en los campos médicos, como en la hirudoterapia. Una babosa es un gasterópodo puede sobrevivir tanto en tierra como en el mar. Las babosas son similares a los caracoles, pero no tienen la cubierta exterior. Las sanguijuelas están segmentadas en su cuerpo, mientras que los cuerpos de las babosas de tierra parecen más o menos simétricos, excepto por la posición del neumostoma.