Las semillas y los bulbos son partes de las plantas que están relacionadas con la forma en que se propagan las plantas. Si bien la mayoría de las plantas generalmente provienen de semillas, algunas también provienen de los bulbos.

Las semillas son embriones de plantas. Las semillas se forman después de que la planta haya polinizado. Son el paso final en el proceso de reproducción de la planta. Las plantas que provienen de semillas generalmente son anuales, bienales o perennes. Una vez formadas, las semillas se distribuyen a través de muchos canales, a través de corrientes de aire, agua o por los animales, por ejemplo.

Los bulbos son plantas que comúnmente viven bajo tierra y lo que se muestra en la superficie son sus hojas. Ejemplos de bulbos son las patatas y otros tubérculos. Los bulbos son plantas perennes, lo que significa que cuando «mueren» durante los meses de invierno, vuelven a crecer a través de sus raíces. En total, un bulbo se puede llamar como una estructura que almacena todo el ciclo de vida de una planta.

Las semillas también pueden permanecer latentes durante mucho tiempo antes de mostrar signos de germinación, por eso no necesitan mucho cuidado especial en su cultivo. Los bulbos ya son plantas activas y es por eso que se necesita más cuidado en su plantación.

Los bulbos y las semillas son necesarios para la supervivencia y propagación de una planta.