En la Biblia, hay varios ejemplos de juzgar a otros. Algunos de ellos incluyen:
Jesús dijo en Lucas 6:37: «No juzgues a los demás, y Dios no te juzgará a ti. No condenes a los demás, y Dios no te condenará a ti. Perdona a los demás, y Dios te perdonará a ti». Esta enseñanza de Jesús nos recuerda la importancia de no ser juzgones con los demás y de tratar a los demás con amor y compasión.
En Lucas 12:57, Jesús dijo: «¿Por qué no juzgas por ti mismo lo que es correcto? Cuando vayas con tu adversario ante el magistrado, trata de arreglar las cosas con él en el camino, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel». En este versículo, Jesús nos exhorta a evitar juzgar a otros de manera negativa y a tratar de arreglar nuestras diferencias de manera amistosa y constructiva.
En Juan 7:24, Jesús dijo: «No juzguen según las apariencias, sino juzguen con juicio justo». Esta enseñanza de Jesús nos recuerda la importancia de no juzgar a otros basándonos en prejuicios o apariencias, sino de tratar a todos con justicia y equidad.
En Mateo 7:1-2, Jesús dijo: «No juzguen, para que no sean juzgados. Porque con el juicio con que juzguen, serán juzgados, y con la medida con que midan, se les medirá». Esta enseñanza nos recuerda que debemos tener cuidado al juzgar a otros, ya que seremos juzgados de la misma manera.
Espero que estos ejemplos te hayan ayudado a entender cómo la Biblia aborda el tema del juicio de los demás.