Los minerales ferrosos son aquellos que contienen hierro como parte de su composición química. Algunos ejemplos de minerales ferrosos incluyen:
Hematita: es un mineral de color gris oscuro a negro, con una estructura cristalina hexagonal. Se encuentra comúnmente en rocas sedimentarias y es uno de los principales minerales de hierro.
Magnetita: es un mineral de hierro negruzco con una estructura cristalina isométrica. Se encuentra comúnmente en rocas ígneas y metamórficas y es uno de los minerales más magnéticos conocidos.
Limonita: es un mineral de color amarillo a marrón que se encuentra comúnmente en rocas sedimentarias. Es una forma hidratada de la hematita y se encuentra a menudo en depósitos de hierro.
Siderita: es un mineral de color marrón oscuro a negro con una estructura cristalina hexagonal. Se encuentra comúnmente en rocas sedimentarias y es una fuente importante de hierro.
Pirita: es un mineral de color dorado con una estructura cristalina cubica. Aunque a menudo se conoce como «oro falso», la pirita es un mineral de hierro y se encuentra comúnmente en rocas ígneas y metamórficas.
Es importante tener en cuenta que la mayoría de estos minerales no son adecuados para el uso directo como fuente de hierro, sino que deben ser procesados para eliminar impurezas y producir concentrados de hierro que luego pueden ser utilizados en la industria siderúrgica.