Algunos ejemplos de minerales frágiles son:
Halita (sal común) – es muy frágil y se rompe fácilmente en pequeños pedazos.
Calcita – es muy frágil y se rompe fácilmente en pequeños pedazos.
Fluorita – es frágil y se rompe fácilmente en pedazos pequeños y irregulares.
Esmeralda – es frágil y se rompe fácilmente si se somete a presión o si se golpea con fuerza.
Cristal de roca – es frágil y se rompe fácilmente si se somete a presión o si se golpea con fuerza.
Obsidiana – es frágil y se rompe fácilmente si se somete a presión o si se golpea con fuerza.
Selenita (sosa celeste) – es frágil y se rompe fácilmente si se somete a presión o si se golpea con fuerza.
Los minerales frágiles son aquellos que se rompen con facilidad debido a su estructura cristalina. Esto puede deberse a que tienen una estructura cristalina poco compacta o a que tienen planes de clivaje o grietas naturales a lo largo de los cuales se romperán fácilmente. Estos minerales suelen ser más difíciles de pulir y tallar debido a su fragilidad.