El búlgaro se clasifica como una lengua eslava del grupo del sur, que también incluye el macedonio, el serbocroata y el esloveno. Dos monjes búlgaros, Cirilo y Metodio, crearon un alfabeto, basado en parte en el griego, que se conoció como el alfabeto cirílico. Tanto la gramática como el vocabulario del búlgaro moderno muestran influencias turcas, griegas, rumanas y albanesas.
Según un censo de principios del siglo XXI el 85% de la población habla búlgaro, el 9% habla turco, el 4% habla romaní y el 2% restante habla otros idiomas o no especificó un idioma primario.