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Culla, un pequeño tesoro oculto en la provincia de Castellón, es sin duda uno de los pueblos más bellos de España. Su inclusión en la asociación de pueblos con este prestigioso título es un claro indicativo de la riqueza que este lugar tiene para ofrecer a sus visitantes. A tan solo 55 kilómetros de Castellón de la Plana, Culla se encuentra en el interior de la provincia, pero su proximidad a la costa le confiere un encanto especial que atrae a los amantes de la belleza natural y la historia.
Cuando emprendemos la aventura de descubrir Culla, la mejor recomendación es perderse en sus calles sin un mapa ni una guía, simplemente dejándonos llevar por el encanto de este lugar. Una buena referencia para iniciar nuestro paseo es la Carrer Pla, la calle principal que nos guiará hasta la Plaza del Pardal, el corazón de Culla. Aquí encontramos la Casa del Diezmo, la Presó (un granero que en su día sirvió como cárcel) y el antiguo hospital, que en la actualidad alberga un museo histórico en un edificio que data del siglo XIV. Continuando nuestro recorrido, nos encontramos con el principal templo religioso de Culla, la iglesia del Salvador, que resguarda a su patrón y ofrece la oportunidad de ascender a su torre para contemplar vistas panorámicas de toda la comarca del Alto Maestrazgo. Justo en frente de la iglesia se encuentra el pelleric, una roca que fue testigo de ejecuciones en el pasado, y a pocos pasos, el arco de la Porta Nova, el único acceso que se conserva de la antigua muralla.
Pero Culla no solo nos ofrece su rica historia en cada esquina, sino que también alberga maravillas como los restos de su fortaleza en lo alto de una imponente roca, el castillo de Culla, que aunque sufrió daños durante las Guerras Carlistas, aún conserva partes de sus murallas. Otro elemento único que se encuentra en el pueblo es el perxet, un arco con anillas que en el pasado servía para amarrar a las mulas, un testimonio de la vida rural de antaño. Las encantadoras casas de piedra con ventanas azules, diseñadas para ahuyentar a los espíritus, añaden un toque mágico al paisaje urbano de Culla. Además, no podemos pasar por alto la ermita de San Roque, la torre del Palomar y la ermita de San Cristóbal, que se encuentran en las afueras del municipio y que ofrecen una visión de la devoción religiosa que ha sido parte integral de la vida en este lugar.
Cerca de Culla, los amantes de la naturaleza encuentran un paraíso por explorar. La zona del río Monleón, con sus simas y cuevas rodeadas de una rica fauna y flora local, es un destino fascinante para aquellos que buscan la tranquilidad de la naturaleza. Asimismo, la zona del río Molinell resulta igualmente atractiva debido a la presencia de numerosos molinos históricos que han resistido el paso del tiempo y que nos transportan a épocas pasadas.
Culla es un destino que combina a la perfección la riqueza de su historia con la belleza de su entorno natural. Sus calles empedradas y sus tesoros arquitectónicos son testigos de un pasado rico y diverso, mientras que la naturaleza que la rodea ofrece oportunidades para la aventura y la contemplación. Culla, un auténtico pueblo de ensueño en la provincia de Castellón, espera ser descubierto y apreciado por todos aquellos que buscan la autenticidad y la belleza en cada rincón.