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Municipio y capital de la comarca del Ripollès, en la confluencia de los valles del Ter y del Freser. El término municipal de Ripoll adquirió la configuración actual con la anexión del término de la Parroquia de Ripoll en 1975, ya que antes era bastante reducido, con sólo 10 km2
El municipio es muy montañoso, con altitudes que alcanzan los 1.128 metros en Puigbò, 1.118 metros en el monte del Catllar, 1.011 metros en el monte Duran o los 1.057 metros de la colina de Sant Bartomeu. Teniendo en cuenta que el territorio es tan accidentado, la vida se concentra en torno a los dos ríos principales (el Freser y el Ter), que son los que drenan el término y donde van a parar varios cursos de agua. Todo ello hace que el territorio sea una zona rica en aguas.
La villa de Ripoll es la cabeza de municipio y también la cabeza de la comarca del Ripollès. Situada en la confluencia del Ter con el Freser (los dos valles que articulan la comarca) no es de extrañar que esta localidad haya tenido una gran trascendencia histórica, sobre todo en época medieval. Como testigo de ese tiempo ha permanecido el monasterio de Santa María de Ripoll. El casco urbano de Ripoll ha ido englobando algunas colonias industriales y también antiguos núcleos de población que antes estaban separados físicamente de la villa.
Como la mayor parte de los municipios de la comarca, Ripoll ha incrementado su función turística, en parte, como solución a la crisis industrial. Ripoll es en sí mismo y, por su localización geográfica, un centro de atracción turística. Es uno de los lugares básicos de la ruta del románico y uno de los puntos de partida o etapa para el excursionismo pirenaico y para los deportes de invierno. El término dispone de hoteles, alojamientos airbnb, campings y pensiones.
La villa de Ripoll tiene su origen y el primer crecimiento en el monasterio de Santa Maria de Ripoll. El casco antiguo, que era amurallado, se encuentra a un lado del monasterio, justo en la confluencia del Ter con el Freser, que aseguraba su defensa por el sur.