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Bellver de Cerdanya, uno de los tesoros escondidos del Pirineo catalán, te espera con los brazos abiertos para llevarte en un viaje a través de la historia y la belleza natural de este rincón encantado. Este municipio, formado por varios núcleos, aldeas y masías, es conocido como la capital de la Batllia, una subcomarca dentro de la Cerdanya. Aquí te contaré qué ver en su Barrio Antiguo, un lugar que encierra una historia fascinante.
El encanto de Bellver de Cerdanya reside en sus piedras, que guardan los secretos de su historia. En el pasado, este lugar fue testigo de la construcción de un castillo en lo alto de una colina, con el río Segre a sus pies, desde donde se podía disfrutar de una impresionante panorámica. Estratégicamente ubicado en el Camí Real que conectaba La Seu d’Urgell con Puigcerdà, Bellver fue un punto clave en la región.
Desafortunadamente, ya no queda nada del castillo, excepto su cisterna, debido a su destrucción en 1655 por la explosión de su polvorín, provocada por un rayo. Este incidente no solo privó a Bellver de su fortificación, sino que también causó la muerte de tres personas. Hoy, en el mismo lugar, se encuentra el mirador de Jaume Vila o mirador del castillo, desde donde puedes asomarte sobre los restos de la muralla para contemplar las vistas panorámicas de este hermoso rincón de los Pirineos Catalanes.
La historia de Bellver de Cerdanya está llena de momentos significativos. Incluso antes de su fundación oficial en 1225 por Nunó Sanç, quien otorgó la Carta de Población, los cátaros saqueaban el lugar repetidamente. Su ubicación estratégica atrajo a figuras como el rey Jaime I, quien protegió la villa construyendo murallas y torres.
Un ejemplo notable de estas estructuras es la torre de la Prisión, que aún se encuentra en la coqueta plaza del Portal, una de las dos antiguas entradas al antiguo recinto amurallado. La subida de Joan Alay, ahora acondicionada con escaleras, te llevará al corazón del pueblo.
Las tropas francesas, fascinadas por este lugar, ocuparon Bellver durante seis largos años a finales del siglo XVII. De esa época, permanece la plaza Pau Claris, donde se erigió una torre defensiva construida como baluarte por el marqués de Vauban, Sebastiàn Le Preste, el mismo que ordenó su demolición antes de retirarse. En 2008, la UNESCO consideró Patrimonio de la Humanidad 12 de estas construcciones defensivas levantadas por este famoso ingeniero y arquitecto militar francés.
Para sentir el «algo» especial de Bellver, debes visitar la plaza mayor 27 de abril. Esta plaza te transportará al Medievo con sus arcos y pórticos, que le dan un aire monástico. Desde cualquier perspectiva, es una delicia detenerse aquí, admirar su belleza y perderse en sus detalles, como una cruz y un mortero tallados en la madera de uno de los dinteles que indican la presencia de una farmacia medieval. Este lugar fue el centro neurálgico de Bellver de Cerdanya durante la Edad Media, donde ocurrían los mercados, las ferias y el famoso juicio de la Inquisición contra la Bruixeta de Bellver.
Junto a la plaza, verás la iglesia de Sant Jaume, patrón del pueblo, que data del siglo XIII y es un ejemplo del gótico rural catalán. Destaca su torre de campanario con un reloj visible desde casi cualquier punto de Bellver.
El poeta Gustavo Adolfo Bécquer también sucumbió al encanto de Bellver de Cerdanya. Pasó dos meses aquí en 1860 en busca del aire puro de los Pirineos para aliviar sus síntomas de tuberculosis. Se alojó en la fonda Cal Patano y encontró inspiración en las calles y rincones de Bellver para escribir «La cruz del diablo». Hoy, una escultura en la plaza Bécquer recuerda su estancia en este pueblo.
La mejor manera de conocer Bellver es pasear por sus calles, que son pequeñas y manejables. Encuentra carteles explicativos que te ayudarán a comprender la historia de la villa. También puedes adquirir una audioguía turística por solo 2€, disponible en castellano, catalán e inglés. Esta tarjeta incluye un código QR que proporciona acceso a información relevante sobre el municipio y se puede comprar en varios lugares, incluyendo la oficina de turismo, hoteles y el Centro de Interpretación del Parque Natural del Cadí-Moixeró.
Bellver de Cerdanya es solo el comienzo de tus aventuras en esta región. El municipio cuenta con hasta 12 núcleos de población adicionales, como Bor, Baltarga, Beders o Pedrá, con sus iglesias románicas respectivas. Un lugar destacado es Talló, donde encontrarás la iglesia de Santa María de Talló, conocida como la catedral de la Cerdanya. Además, puedes explorar senderos de montaña y sumergirte en la belleza natural de los Pirineos catalanes. Bellver de Cerdanya te espera con su historia, sus leyendas y su belleza natural, dispuesto a llevarte en un viaje inolvidable. Ven y descubre este rincón encantado de Cataluña.