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Rupit i Pruit es un municipio de la comarca del Osona.
Situado en el centro de Collsacabra, al levante de la sierra de Cabrera. Limita, al norte, con los términos del Valle de Bas, Sant Feliu de Pallerols y las Planes de Hostoles, los tres pertenecientes a la comarca de la Garrotxa, al este con Susqueda, al sur con Sant Hilari Sacalm, ambos municipios de la Selva, y en el oeste limita con las tierras osonenses de Vilanova de Sau, Tavertet y Santa Maria de Corcó.
La economía del término se basa fundamentalmente en la producción del sector primario. Se cultiva principalmente forraje y cereales (trigo, cebada), aunque la extensión de pastos y tierras forestales es mucho más importante debido a la orografía del territorio. Dentro del sector ganadero sobresalen el ganado ovino y vacuno; cabe mencionar, además, que a lo largo de la última década del siglo XX se incrementó de forma considerable el número de colmenas, de forma que se impulsó la apicultura.
El sector industrial es poco representativo en el municipio, mientras que si se han desarrollado los servicios de cara al turismo. Se dispone de diferentes tipos de alojamiento (pensiones, camping, residencias casa de payés -masías-, casas de colonias, pisos y viviendas de uso vacacional en alquiler en airbnb, etc).
La villa de Rupit está sobre un roquedal, rodeada por la riera. En el casco antiguo hay viejos casales de piedra de los siglos XVI al XVIII, muchos de ellos con fecha y los nombres de los fundadores, con bonitos portales y entradas, ventanas trabajadas, balcones de madera y escudos. Destaca la pintoresca calle del Fossar, terminada en la pequeña plaza de Cavallers, con rincones y notables casales adosados al peñón del castillo. La parte baja del pueblo continúa por la calle de la Iglesia, que forma la plaza principal y una segunda plazoleta con la casa de la notaría o del Soler. Una barandilla domina la hondonada de la riera, cruzada por un puente medieval. Hay otro puente colgado, hecho por un herrero. A pesar del descenso de población, las casas han sido restauradas o renovadas, muy a menudo sin perder su encanto, como viviendas para segunda residencia y alquiler turístico de corta estancia.