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De los pocos castillos medievales que se han conservado en Cataluña, el Castillo de Montsoriu es uno de los más notables y de los más grandes. Está situado en lo alto de una colina, en el extremo más oriental del macizo del Montseny, justo en el límite de los términos de Arbúcies y de Sant Feliu de Buixalleu, en un lugar donde hubo un primitivo asentamiento ibérico.
La primera documentación que menciona su nombre es del año 1002 (Monte Suriz) y otro documento de 1011 hace referencia a un miembro de la casa vizcondal de Girona, Amat de Montsoriu (Amati Monti Soricensis). El castillo propiamente dicho no lo encontramos citado hasta el año 1053. Durante el siglo XII los vizcondes de Girona cambiaron su nombre por el de Cabrera y fue esta poderosa estirpe la que señoreó el castillo a lo largo de siglos, el cuidado del que era cedida a los castellanos, apellidados Montsoriu. La decadencia llegó con la Guerra Civil del siglo XV y, más aún, cuando pasó por matrimonio a los Enríquez, de Castilla. A partir de mediados del siglo XVI pasó a manos de los Montcada, que nunca residieron allí, y después a sus sucesores, los Medinaceli (siglo XVIII).
El conjunto arquitectónico, levantado en varias etapas, consta del castillo, en la cima, y dos recintos amurallados debajo. El castillo está presidido por una airosa torre maestra, situada en el extremo de un recinto alargado, en cuyo otro extremo hay otra torre más pequeña. Hay restos de una capilla prerrománica y otra románica, que estaba dedicada a san Pedro. El castillo fue ampliado y transformado entre los años 1200 y 1250, cuando se convirtió en casal y residencia de los Cabrera. De esa época es una sala con arcos ojivales conocida como la sala gótica. Pero su transformación en palacio no se produce hasta la primera mitad del siglo XIV, con la construcción de varias salas de carácter más señorial, así como una nueva capilla. También se transformó el patio de armas para recoger las aguas pluviales que se almacenaban en un depósito, el cual se ha conservado bastante bien.
El castillo, ahora propiedad del Consejo Comarcal de La Selva, ha sido restaurado recientemente y desde 2011 se puede visitar los fines de semana. Para ello es necesario adquirir las entradas en el Museo de Arbúcies o bien a través de la web oficial del castillo. Todas las visitas son guiadas. Para llegar al castillo hay que subir a pie.