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Abrera, municipio del Baix Llobregat, está situado en las tierras llanas de la Depresión Prelitoral Catalana, a ambos lados del Llobregat.
El término comprende el pueblo de Abrera y el pueblo de Santa María de Vilalba, además de numerosas urbanizaciones, como Can Vilalba, Ca n’Amat, Sant Hilari y Sant Miquel, el barrio de Cant Torres, etc.
Abrera se ha convertido en un municipio plenamente industrializado, proceso que se inició a finales de la década de 1960 con la instalación de diversas industrias. Los cultivos son principalmente de secano; los más importantes son los frutales (melocotón, manzana, pera y cereza) y el viñedo, acogido a la denominación Penedès. Hay también huerta, olivos y almendros. La ganadería se centra sobre todo en el ganado ovino.
El pueblo de Abrera (105 metros de altitud), en torno a la iglesia parroquial, se formó a lo largo del antiguo camino real de Barcelona a Lleida. La iglesia parroquial de San Pedro de Abrera, románica, fue creada en torno a 1110. La parte más antigua de la iglesia, según los cánones del primer arte románico, es la cabecera, formada por tres ábsides dispuestos en forma de cruz, los tres de la misma altura y ornamentados exteriormente con lesenas y arcuaciones lombardas. Las paredes de la nave fueron reformadas en el siglo XII, cuando se construyó un portal, con arquivoltas y sendos capiteles por banda sostenidos por columnas; al mismo tiempo, se alargó la nave hacia poniente.
Los restos del castillo de Voltrera se levantan sobre una colina de 218 metros sobre el collado del Castell, en la sierra de Ribes, a la izquierda del Llobregat. Aunque desde el siglo XVI el castillo se llamaba de Vilalba, modernamente se ha recuperado el nombre histórico de Voltrera. Encima del castillo, que está documentado desde 1041, se conservan (salvo algunos fragmentos de muro) únicamente los restos de la capilla de Sant Pere, románica (del siglo XI), de una nave y con dos absidiolas despejadas en el grosor de los muros laterales de la nave.