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La Plaza Mayor en Arbeca (Garrigues), incluida en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña, es un espacio de notable encanto. Presenta una forma alargada e irregular que se extiende desde la calle Sant Joan hasta la calle Sant Jaume. A ambos lados de la plaza se encuentran hermosos soportales con sus techos abovedados de madera. Las casas que rodean la plaza están construidas principalmente con piedra de alta calidad, algunas de ellas siguiendo un aparejo irregular. Entre estas últimas, destacan aquellas que poseen dinteles de las aberturas con una disposición más regular, resaltando así en contraste con el conjunto. Algunas de las casas han sido renovadas y muestran fachadas enlucidas. La mayoría consta de planta baja, primer piso y desván, aunque también se pueden encontrar algunas de mayor altura. Estas construcciones datan de los siglos XVI y XVII, y se caracterizan por los detalles renacentistas en los moldurajes de algunas ventanas, así como por las ménsulas que sostienen balcones y la casa Pitchell. Los arcos que soportan los soportales están hechos de piedra, siendo predominante la forma de arco de medio punto en diversas dimensiones, arrancando desde el suelo o desde una base. Incluso se puede apreciar un arco apuntado que parte desde el suelo.
La Plaza del Toll, también incluida en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña, es una encantadora plaza pública en Arbeca (Garrigues). Con una forma casi triangular y un desnivel en su sector oeste en comparación con el este, esta plaza se encuentra pavimentada y rodeada por las fachadas de las casas al sur y por una calle que la envuelve al norte y al oeste. Los materiales principales que componen esta plaza son la piedra y el hormigón. El mobiliario urbano, como farolas, bancos, una glorieta, una fuente, áreas ajardinadas y zonas de juego, se encuentra estratégicamente ubicado en su perímetro. La mayoría de estos elementos y materiales utilizados son autóctonos de la región, como las pilas de agua para el ajardinamiento y la piedra local utilizada en la fuente, brindando así colores y texturas propias de la comarca.
En la cima de la colina que domina el pueblo, en el extremo sureste de la comarca, se encontraba el antiguo castillo en ruinas de Arbeca. Sin embargo, las escasas ruinas que quedan han sufrido un gran deterioro debido a las construcciones realizadas a fines del siglo XIX, que incluyeron los depósitos municipales de agua en 1898, y a mediados del siglo XX, cuando se erigió la escuela del pueblo en 1945. Este magnífico castillo renacentista contaba con cuatro torres de esquina y una imponente torre central. Alrededor de un patio central se distribuían varios espacios, y el recinto del castillo se extendía hacia la banda oeste, donde se encontraba el acceso principal. Aunque fragmentadas, aún se conservan partes de la muralla, una torre redonda con una base escalonada, los cimientos de otra torre y secciones de los muros con escalones en su base. La construcción se realizó con sillares proporcionados y meticulosamente trabajados. En algunas áreas, la muralla ha sido perforada para dar paso a cobertizos y almacenes.