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Castellar de N’Hug, municipio del Berguedà, se encuentra situado en el límite con el Ripollès.
Al norte, limita con la línea de crestas que separa la cabecera del Llobregat de la cuenca del Rigard, término municipal de Toses, y Arija lo separa del término de Gombrèn al este. También limita por el extremo noroccidental con la Baixa Cerdanya (municipio de Alp). Por el lado de la comarca del Berguedà, limita con Bagà y Guardiola de Berguedà al oeste y, con la Pobla de Lillet, por el sur.
Además del pueblo de Castellar de n’Hug, el término comprende el antiguo vecindario de Sant Vicenç de Rus, en la confluencia de la riera de Rus con el Llobregat. También hay, junto a Castellar, los barrios de l’Erola y la Ribera, el núcleo de la Soleia, en el este de Castellar, y, más en el sur, el de Can Ros. Otro núcleo es el Clot del Moro, donde se encuentran las instalaciones de una antigua fábrica de cemento, ahora Museo del Cemento, y alguna de sus dependencias.
Dentro del término se encuentran las fuentes del Llobregat, situadas a medio kilómetro, aproximadamente, del pueblo, por la parte de poniente. Es un sitio muy visitado por turistas y grupos de excursionistas. El resto de la red fluvial está formada por torrentes y barrancos de poca importancia y de curso irregular y por Arija, que nace en el término municipal de Gombrèn, junto al límite oriental del término de Castellar, el cual sigue después durante un largo trayecto.
Más de las tres terceras partes del municipio están ocupadas por bosques de pinos y hayas, y también por robles, fresnos y chopos, y en las zonas más altas por prados naturales e importantes extensiones de arbustos, principalmente bojes y ginebras. Los cultivos son casi inexistentes. En el sur del término había habido unas setenta explotaciones agrarias, principalmente de patatas, forraje y cereales, pero actualmente están abandonadas. Había tenido cierta importancia, también, el ganado de lana y el vacuno, pero en la actualidad sólo quedan unos rebaños de ovejas. Así pues, la agricultura ha tenido siempre una importancia secundaria, mientras que la ganadería había sido una actividad notable, especialmente en el siglo XIX, aunque hoy ha quedado reducida a la explotación ovina.