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Desde el punto de vista morfológico, el Ripollès, aunque inmerso en el monte pirenaico oriental, consta de tres sectores: un fragmento del Pirineo axial, caracterizado por la superficialidad de la huella del glacialismo; un sector del Prepirineo meridional; y el Subpirineo, el verdadero Prepirineo ripollés, con más margas y areniscas que el Prepirineo ponentino, calcáreo, y de época más reciente, eocénica y no mesozoica. El Pirineo axial ripollés alcanza en el Puigmal la elevación máxima de los Pirineos Orientales (2.913 metros de altitud) y ocupa el valle de Camprodon y la mayor parte del valle de Ribes. Las Sierras Interiores del Prepirineo calcáreo ocupan el suroeste del valle de Ribes, de la sierra de Mogrony, por el Taga hasta la Cavallera.
El sector económico que más creció en la comarca a finales de los años 1990 fue el turismo, favorecido por la gran afluencia del valle de Núria y por el turismo de montaña y de nieve, que además de la estación de Núria dispone de la de Vallter. Camprodon y Ribes de Freser son dos centros turísticos tradicionales. Fue creado el parque natural de las cabeceras del Ter y del Freser, con el objetivo de proteger el patrimonio natural de la vertiente pirenaica de la comarca y al mismo tiempo impulsar sus actividades relacionadas con la naturaleza. Existen gran cantidad de establecimientos hoteleros (la mitad de ellos en Ribes de Freser); numerosos campings y residencias de casas de payés.
La mayor parte del territorio tiene carácter submediterráneo, y pertenece al dominio del robledal. En las umbrías frías y en las tierras altas del noroeste, por encima de 1.300 metros, el bosque de pino silvestre, probablemente natural, prepondera sobre el robledal. El hayedo, indicadora de humedad marítima, es dominante sobre todo en las montañas orientales. El monte del norte presenta bien desarrollados el piso subalpino, del pino negro, y el piso alpino, de los prados naturales.
La abundancia de prados ha permitido siempre mantener bastante ganado, principalmente de lana. Salvo algunos pueblos que practicaban la transterminancia (invierno en establos, verano en prados) sin salir del municipio, en la mayoría de los pueblos el ganado trashumante seguía largas cañadas que llevaban al Empordà o al Vallès. La leche es vendida a centrales lecheras de fuera de la comarca, y los comerciantes se llevan las cabezas destinadas al consumo de carne.
La explotación forestal ha perdido intensidad por la competencia foránea y por la conveniencia de conservar el bosque, donde los cultivos y las fraguas lo habían respetado. Pero es notable la madera que se extrae de los pinos (negro y rojo), picos, hayas, chopos y otros árboles de ribera.