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El Carrer Major de Juneda, ubicado en la comarca de Garrigues, es una joya arquitectónica que ha sido incluida en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.
Este pintoresco callejón se extiende desde la plaza de la iglesia hasta el Carrer La Font, y en su recorrido encontramos la encantadora La Botera. El Carrer Major forma un conjunto de galerías con 31 arcadas de piedra picada, distribuidas de manera desigual: 18 en un lado y 13 en el otro. No todas tienen la misma estructura, ya que predominan los arcos de medio punto, pero también se pueden encontrar algunos arcos apuntados y otros rebajados. Solo uno de ellos emerge del suelo, mientras que el resto descansa sobre pilares con capiteles o impostas. Esta diversidad de formas, así como la presencia de otros materiales como el ladrillo y el revoco, son testigos de las diferentes épocas constructivas que han dejado su huella en esta encantadora calle. Entre los edificios que alberga el Carrer Major, se destacan el ayuntamiento y la rectoría, y también se pueden observar diversos portales con dinteles fechados.
Este callejón comenzó a surgir en la segunda mitad del siglo XVI, debido al crecimiento de la población. Sin embargo, poco queda de esa época inicial. En su mayoría, está construido por arcadas de los siglos XVII y XVIII, y las del Ayuntamiento son del siglo XIX. En sus inicios, las familias más prominentes de la localidad buscaban un lugar para establecerse en esta calle, que pronto se convirtió en el centro social, cultural y comercial de la población, un rol que aún conserva hasta el día de hoy. Al final de esta calle, solía ubicarse la antigua cruz gótica que marcaba los límites del término municipal y que actualmente se encuentra en el cementerio.
El Portal Lamarca, también situado en Juneda, es otro tesoro incluido en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. El nombre de este portal proviene del Sr. Lamarca, alcalde de Juneda durante la guerra de la Independencia. Hace algunos años, la casa junto a este portal se derrumbó. Aunque la fecha de construcción de este portal, el único que se ha conservado, es desconocida, parece que cerraba la villa en la Edad Media, probablemente en el siglo XVI.
Se trata de una puerta de estilo gótico (siglo XIV) que conectaba con el castillo donde residían los duques de Cardona, antiguos señores de la villa. El arco apuntado está elaborado con sillares y dovelas de forma regular. Restaurado hace algunos años, mantenía una estructura con un techo interior de artesonado de madera que incorporaba el arco gótico y sostenía la expansión de una casa. Este espacio estaba reforzado por otras dos arcadas. El arco exterior, que servía de acceso a la villa, era rebajado y estaba construido con ladrillos, encastrado en las paredes laterales de gruesos sillares de piedra. Las paredes interiores estaban construidas con piedras irregulares. El arco interior, desde el interior del recinto de la villa, también era rebajado y estaba elaborado con sillares de piedra cuidadosamente tallados. Recientemente, se ha llevado a cabo una restauración en la que se han perdido dos de los tres arcos que conformaban el portal, pero su esencia y su valor histórico siguen cautivando a quienes lo observan.