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El Passeig de la Granja, promovido por Miquel Picó i Jou, constituye uno de los espacios destinados a los veraneantes de la burguesía barcelonesa, que construyó grandes chalés en la década de los años veinte del siglo XX. La Villa Catalina es un ejemplo de casa noucentista, de influencia italiana, con una gran escalinata, galerías en las fachadas frontal y laterales y balaustrada en la azotea.

En el interior del balneario Vichy Catalán hay una capilla con una vistosa fachada donde se conjugan ventanas con un guardapolvo ojival, un rosetón y dos mosaicos dentro de hornacinas trilobuladas. Está flanqueada por dos pilastras coronadas con sendos campanarios de cubierta piramidal. Está cubierta con bóveda de cañón y tejado a dos aguas con un amplio voladizo.

Encima de la colina de Caulès, entre Tossa, Llagostera y Vidreres, se encuentran los restos de la iglesia pre-románica de Sant Esteve de Caulès Vell, junto a los vestigios del que fue un poblado anterior al siglo X y que se mantuvo activo hasta el XIV. Al lado de la iglesia hay una necrópolis con sepulturas de fosa y de cista. La iglesia fue construida hacia finales del siglo IX aprovechando materiales de una antigua torre romana. Consta de una pequeña nave rectangular a la que le fue añadido posteriormente un ábside cuadrado. El aparato está hecho con piedras de pizarra sin apenas trabajar unidas con mortero de arena y cal. La cubierta de la nave era de madera mientras que la del ábside era una bóveda de cañón, ahora derrumbada. Entre la nave y el ábside existe un arco triunfal aún bien conservado. El conjunto medieval fue excavado por un equipo de la Universidad de Barcelona en los años 1971-72.