Gestión de anfitrión airbnb en Camprodon

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Gestión de anfitrión airbnb en Camprodon

El Valle de Camprodon, como muchas zonas rurales y de montaña de Cataluña, ha sufrido cambios muy importantes en la estructura social y económica, y actualmente la población de la región no llega a los 5.000 habitantes. Los núcleos de población que forman el valle, desarrollados en las escasas zonas llanas y fondos de valle del territorio, presentan, a excepción de Sant Pau de Segúries, un bajo grado de concentración de población. En el Valle de Camprodon, como en la mayoría de las zonas rurales de montaña del Pirineo, el sector primario ha sufrido una recesión muy importante. Actualmente, el sector ganadero está completamente dedicado a la producción ganadera extensiva, principalmente de vacas de leche, en detrimento de las explotaciones intensivas de vacuno y porcino, que casi han desaparecido. Esta realidad es uno de los motivos por los que en las imágenes actuales de los visitantes sólo se observan vacas, mientras que en las imágenes de la primera mitad del siglo XX se pueden ver otros animales de granja, como cerdos u ovejas.

Durante los últimos años, las explotaciones ganaderas con ganado equino han aumentado, desde la creación en 2008 de la marca de Garantía “Poltre de Muntanya del Ripollès” y el aumento de su consumo.

Las demás actividades económicas del sector primario tienen una presencia muy reducida. La agricultura y la explotación forestal siempre han sido un complemento de la actividad ganadera, es decir, han sido utilizadas para el autoconsumo de las familias. Por un lado, la agricultura es poco importante, ya que las condiciones climáticas y los pronunciados desniveles del terreno hacen que se tengan que construir bancales, lo que dificulta los cultivos. Por otra parte, el sector forestal es prácticamente inexistente dado que la mayoría de los montes no se destinan a la explotación de madera porque su rentabilidad es muy baja, sino que se usan para el pastoreo de animales y para la producción de leñas para el consumo propio.

Pero, evidentemente, el paisaje humano actual de la región no sólo está ligado a los cambios experimentados en el sector primario, sino que también muestra la existencia de una cierta actividad industrial. Durante la primera mitad del siglo XX, el desarrollo de la industria del textil conllevó un intenso despoblamiento de los núcleos rurales diseminados, que aún hoy perdura, provocando que la población urbana se concentrara en el núcleo de Camprodon y en las terrazas bajas del Ter, como por ejemplo en Sant Pau de Segúries.