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El casco antiguo de Pals, incluido en un perímetro fortificado, recibe el nombre de El Padró y es uno de los conjuntos monumentales medievales más notables y populares de Cataluña, especialmente después de las obras de restauración que se llevaron a cabo durante la segunda mitad del siglo XX.
El primer documento conocido que hace referencia a Pals es del año 889. Su castillo fue dominio directo de los condes de Barcelona y después de los condes-reyes, que lo cedieron a varios nobles a lo largo de los siglos. Terminada la guerra contra Juan II quedó en estado ruinoso, salvo la torre maestra, que se ha mantenido como uno de los elementos más emblemáticos del conjunto. El trazado urbano, articulado alrededor de la calle Major y de la plaza de la Iglesia, está formado por un conjunto de calles estrechas y tortuosas donde se vierten casas de piedra arenisca que conservan numerosos elementos de los siglos XV al XVIII. El perímetro amurallado, con seis torres de planta rectangular, se conserva casi en su totalidad.
El Portal de la calle Major es la puerta natural de acceso al casco antiguo, aunque fue construida mucho más tarde, en el siglo XVIII, cuando se abrió la plaza Major. Por eso queda retirada respecto al trazado de la muralla. Está formada por un gran portal adovelado, de arco de medio punto en el exterior y escarzano en el interior, y otro arco de medio punto por la parte de la calle Major. Entre los dos arcos se genera una bóveda de lunetos. En la dovela clave del portal se encuentra el escudo del pueblo, con los tres palos verticales, y la fecha de 1744.