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Aunque no hay documentación que lo confirme, lo más probable es que el primer recinto amurallado de Sant Celoni se alzara en el siglo XI y se fuera ampliando y reforzando en los siglos siguientes. Este recinto medieval, conocido como la Força, se extendía entre las actuales plazas del Bestiar y de Josep Alfaras, articulado a ambos lados de la calle Major y la plaza dels Estudis, donde estuvo la iglesia de Sant Celoni, documentada desde el siglo XI. Tenía dos puertas, una en cada extremo de la calle Major, y siete torres, de las que sólo se han conservado dos. Estaba rodeado por un foso, testigo del cual es la calle Valls.

Los restos conservados se corresponden a una refección de los siglos XIII-XIV, cuando la villa estaba en manos de la orden dels Hospitalers, cuyo dominio se alargó hasta 1405. Se sabe que en los años 1371 y 1374 se pidieron créditos para rehacer las murallas. Hacia finales del siglo XVII, perdida ya en buena parte su función defensiva, se vendieron los valles para huertos. El crecimiento urbano y la nueva centralidad en torno a la plaza de la Vila hacen convertir las murallas en innecesarias y las torres y portales fueron desapareciendo, sobre todo en 1926, cuando se urbanizó la plaza del Bestiar, donde había uno de los portales.

La torre de la calle Valls fue adquirida por el Ayuntamiento y rehabilitada en el año 2009. Es una torre cilíndrica, con la base ataludada, hecha con cantos rodados y piedra irregular atados con mortero de cal. A pocos metros se encuentra la torre de Can Casquet, actualmente coronada con unos meletes modernos. Hay restos de la muralla en el interior de algunas casas de la calle Major que utilizan sus lienzos como pared de cierre.