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Situado en lo alto de una colina, el castillo de Fels («Castillo de Feles» o «Castrum Felix») es documentado desde el 970, poco después del primer documento conocido del efímero monasterio de Santa María, que después del 985 quedó reducido en la iglesia parroquial situada junto al actual castillo. Éste fue construido en 1550 a iniciativa de Hugo Juan Fivaller, barón de Eramprunyà y señor del término, con el objetivo de contribuir a la defensa de la costa frente a los piratas barberescos que durante aquella época asolaban el litoral mediterráneo. Esta primera construcción, que nos ha llegado en parte, se realizó con piedra de piedra arenisca rojiza. Una segunda fase constructiva ocurrió a partir de 1734, cuando se construyó el cuerpo occidental del castillo, con piedra blanca.
En 1897 el castillo, con la baronía de Eramprunyà, fue adquirido por el banquero Manuel Girona y emprendió su restauración. Del interior destacan sobre todo dos salas. La sala institucional o sala noble, presidida por una espectacular chimenea de piedra y escayola, decorada con relieves florales de gusto modernista. Las paredes, con arrimaderos neogóticos, están decoradas con águilas y flores de lúpulo, junto con el escudo de Cataluña. También podemos ver un escudo con las iniciales del propietario, MG. La otra sala destacada es la de esgrima, decorada con bustos de emperadores romanos y medallones de temática moralista que reproducen la obra de Otto van Veen.
En 1880 se inauguró la línea férrea de Vilanova. Al año siguiente se abrió el apeadero de Castelldefels y en 1883 se construyó la actual estación. Es un edificio de planta rectangular, con un cuerpo sobresalido en una de las esquinas. En la fachada que da a la plaza se corona con un gran frontón triangular.