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El nombre de Costa Brava fue acuñado por Ferran Agulló (1905) y publicado por el mismo autor en La Veu de Catalunya (1908) en un sentido restringido (Blanes o Begur), y que Lluís Duran y Ventosa lo extendió desde Blanes a Begur y después hasta la frontera estatal francoespañola.
Adoptado por el turismo internacional, en 1965 tomó el carácter de denominación oficial.
La costa correspondiente al macizo de Montgrí (17,5 km reales) tiene un índice alto de articulación, pese al carácter calcáreo, y es desierta y salvaje, con acantilados subverticales de un centenar de metros; las cuevas, y las otras islas —las más meridionales y grandes son las Medes, frente a la punta Guixera, ricas en coral— constituyen un paradigma del relieve kárstico, sumergido en parte. En l’Estartit comienza la larga playa de Pals (10,8 km), arenosa, interrumpida por la garganta del Ter y la del Daró.
La Cordillera Litoral origina la considerada Costa Brava estricta, que comienza en el sector correspondiente al macizo de Begur, a la que los materiales paleozoicos y los granitos dan una gran articulación (31 km de longitud real) y donde els «caps» (sa Sal, Begur, San Sebastián, Rojo) protegen calas y playas escondidas (sa Tuna, Aiguablava, Tamariu, Llafranc, el Golfet, la Fosca).
El corredor de Palafrugell separa de las Gavarres este macizo litoral: la amplia playa de Palamós es continuada por la playa de Aro, más cubierta, frente marítimo del valle de Aro, y por las de Sant Pol y de Sant Feliu, en una serie de calas. El conjunto forma una costa amable, poco articulada, de 13,5 km. El sector de Sant Feliu a Blanes (33 km reales) es el más largo de la Costa Brava; aparte estas dos ciudades, y las villas de Tossa y de Lloret, está totalmente incomunicada con el interior debido al monte granítico de la comarca de la Selva; los acantilados pueden sobrepasar los 100 metros.
El clima se compone de elementos que lo individualizan en la tónica mediterránea de las costas catalanas. Las temperaturas medias de enero oscilan entre unos 7 °C en Portbou y 11°C en el macizo de Begur (entre las más altas dels Països Catalans); las de agosto, entre unos 22° en Portbou y 24° de Cadaqués hacia el sur; la amplitud térmica anual es moderada. Entre Begur y Blanes los días de helada no suelen llegar a 10 al año, y la pluviosidad no es tampoco excesiva (de 700 mm anuales en Castelló d’Empúries y Begur a menos de 400 mm en el Cap de Creus); la estación más lluviosa es el otoño, seguida de la primavera y el invierno, mientras que el verano es seco. La ausencia total de nieve, el predominio, todo el año, de días soleados, el grado de humedad muy reducido debido a la tramontana (especialmente en el sector norte) resumen las ventajas climáticas.