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Durante los siglos XVI y XVII de la Época Moderna la agricultura fue la base de la economía. Durante estos siglos, la agricultura experimentó un crecimiento muy importante, prosperidad que posibilitó no sólo cubrir las necesidades de una población creciente, sino también la capacidad de crear un excedente de producción que posteriormente permitió la dinamización de la naciente industria y el comercio.
El s. XVIII es un siglo de expansión demográfica. Las causas generales de este aumento demográfico deberían buscarse en factores como el avance en la medicina, las mejoras higiénicas y las mejoras en la alimentación que permitieran disminuir las mortalidades catastróficas. Cabe decir que el crecimiento no fue de la misma intensidad en todo el territorio catalán. Las comarcas costeras experimentaron el mayor aumento, mientras que en las interiores fue más moderado. Es en este segundo grupo donde es necesario enmarcar el Vallès Oriental. Este hecho responde a causas económicas ya que se desarrolla el comercio marítimo y esto provoca que las poblaciones más cercanas a estas nuevas áreas de atracción experimenten el crecimiento más destacado: Parets, Mollet, Montmeló…
Ahora bien, en cuanto a Lliçà de Vall, como en el caso de Riells del Fai, la evolución fue negativa y, aunque no se saben las causas, parece ser que la mortalidad epidémica se seguía haciendo notar. Así, aunque las proporciones habían variado poco en el resto de poblaciones del Valle del Tenes, Lliçà de Vall fue una excepción, hecho que se constata desde la crisis de la Baja Edad Media, donde la población había quedado mermada demográficamente.