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El relieve de Menorca se caracteriza por su horizontalidad predominante. El terreno es mayormente llano y ligeramente ondulado, protegido por la pequeña cordillera en la costa norte, con montañas como el Monte Toro, seguido por otras elevaciones como s’Enclusa, Santa Águeda, sa Falconera d’Alfurinet y Fontredones. La isla se divide en dos regiones principales: Tramuntana y Migjorn, separadas por una línea que atraviesa la isla desde el puerto de Maó hasta las playas septentrionales de Algaiarens.
La región de Tramuntana muestra plegamientos en dirección NW-SE y se distingue por la presencia de terrenos primarios, diferentes a las otras islas del archipiélago. En esta zona, se observan formaciones devónicas y triásicas, con presencia de esquistos, maresas y calcáreas, destacando la elevación del Monte Toro. En cambio, la región de Migjorn es mayormente plana, de constitución miocénica, con materiales como calizas, conglomerados, molases y arcillas.
La costa menorquina es mayormente escarpada y accidentada en Tramuntana, con entradas profundas y promontorios elevados, mientras que en Migjorn es más uniforme y apoyada en acantilados discretos. Se destacan accidentes geográficos como cabos, puertos y playas en ambas costas, siendo la costa norte más accidentada que la meridional. Además, se formaron albuferas y lagunas salobres en algunas zonas bajas de la costa.
El relieve costero de Tramuntana, afectado por vientos y oleaje, ha originado la formación de islas e islotes como las islas d’en Colom, ses Bledes, des Porros, entre otras. Además, cerca del puerto de Maó, la isla de l’Aire se destaca como el único islote significativo en esa área.
La topografía de Menorca se ve moldeada por la región de Tramuntana, cuya caída abrupta hacia la costa septentrional crea un paisaje impresionante con profundos entrantes y elevados picos. La presencia de formaciones devónicas y triásicas añade singularidad a esta isla en comparación con sus vecinas. La interacción de esquistos, maresas y calcáreas confiere a esta región una diversidad geológica única, especialmente evidente en las áreas alrededor de Maó, donde afloran los primeros elementos devónicos rodeados de terrenos jurásicos y triásicos.
En contraste, la región de Migjorn presenta una uniformidad topográfica derivada de su constitución miocénica. Su terreno predominantemente plano se inclina suavemente hacia la costa meridional, cruzada por pequeños arroyos y riachuelos. Esta área exhibe materiales característicos del Mioceno medio, como calizas, conglomerados, molases y arcillas, similares a los presentes en Mallorca.
La costa de Menorca se convierte en un escenario variado: mientras que la costa norte exhibe una configuración más abrupta y accidentada con prominentes accidentes geográficos como los cabos de sa Cavalleria y de Favàritx, así como puertos como Fornells y Addaia, la costa meridional se apoya en acantilados discretos. Este contraste se refleja también en la formación de bahías y playas; algunas, como s’arenal d’en Castell y Tirant, son símbolos de la espectacularidad de la costa septentrional, mientras que otras, como son Bou y Atalis, exhiben una forma más alargada y serena en el sur.