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La Historia Prehistórica y Antigua de Menorca: Vestigios y Cultura
El desarrollo histórico de Menorca durante la prehistoria y la antigüedad sigue una línea paralela a la de Mallorca, aunque con matices diferenciales significativos. Se presume que el primer asentamiento data de la época neolítica, alrededor del 4000 a.C., aunque los vestigios en Menorca, hasta el momento, son bastante inciertos en comparación con los de Mallorca, donde se ha comenzado a documentar recientemente esta etapa.
Sin embargo, los restos arqueológicos que corresponden al segundo milenio a.C., y especialmente al primero, son notablemente abundantes en Menorca, mostrando una densidad extraordinaria, superior a la de la mayoría de los territorios europeos. Estos vestigios se concentran principalmente en la banda meridional de la isla, al sur de la carretera Maó-Ciutadella, y su conservación se explica por la construcción en piedra. No obstante, el conocimiento actual de la prehistoria menorquina no se corresponde proporcionalmente con esta gran riqueza documental, ya que las excavaciones hasta la fecha han sido insuficientes.
El período menos estructurado corresponde al segundo milenio a.C., donde se encuentran cuevas habitacionales y funerarias, así como algunos monumentos de carácter dolménico, similares a algunos de Mallorca, y que se conectan con la civilización megalítica característica del Mediterráneo y Europa, alrededor del 2000 a.C., vinculada a la difusión del conocimiento del metal.
La etapa más representativa y mejor conocida, a la cual pertenecen la mayoría de los yacimientos prehistóricos, es la cultura talayótica, característica de Menorca y Mallorca, que se desarrolló desde los últimos siglos del segundo milenio hasta la romanización. En este período se erigen los grandes monumentos: poblados, a veces muy extensos, protegidos por murallas con grandes torres talayóticas. Las casas, generalmente de planta circular con un patio central y varias habitaciones alrededor, son exclusivas de la cultura talayótica menorquina y no se documentan en Mallorca.
Otros monumentos conocidos en Menorca, que forman parte de estos conjuntos, son la taula y la naveta, que a veces aparecen de forma aislada, con notables diferencias estructurales y funcionales respecto a monumentos similares de Mallorca, así como la llamada sala hipóstila.
Durante la plenitud de la cultura talayótica, alrededor del siglo VII a.C., comenzaron los contactos con los fenicios y los griegos. Una estatuilla de bronce de estilo egipcio, encontrada en 1973 en la torre d’en Galmés, es un testimonio del comercio fenicio.