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Granollers es un municipio y capital de la comarca del Vallès Oriental.
En el centro de la comarca, el municipio de Granollers se alza sobre la terraza cuaternaria del Congost, en una situación privilegiada para la agricultura, el comercio y las comunicaciones. Esta triple condición ha otorgado a la ciudad, a lo largo de la historia, la capitalidad del Vallès. El término limita al norte con las Franqueses del Vallès y Canovelles, al sur con Montmeló, Parets del Vallès, Montornés del Vallès y Vilanova del Vallès, al este con la Roca del Vallès y al oeste con Lliçà de Munt y Lliçà de Vall.
En términos generales, la evolución económica del término ha hecho retroceder la mano de obra y la superficie dedicada a la agricultura (de secano) en favor de actividades secundarias primero, y más recientemente terciarias. Pese a ello, Granollers todavía tiene una considerable producción de cereales para grano que sirven básicamente para pienso. A bastante distancia se sitúan el cultivo de forraje, principalmente alfalfa, y las legumbres. El único sector ganadero que parece mantener una tendencia positiva es el porcino, en contraposición al vacuno, las aves de corral y los conejos.
El movimiento industrial del siglo XIX llevó a la industria textil a la ciudad, que empezó su gran crecimiento con las manufacturas algodoneras y sus industrias auxiliares, que extendieron la trama urbana fuera del recinto amurallado y cerca de las nuevas vías de comunicación, e iniciaron el alargamiento del casco urbano entre el Congost y el ferrocarril de Francia.
La actividad comercial de la ciudad y el índice de actividad económica siguen manteniéndose en niveles líderes entre las ciudades medias. Granollers presenta una estructura comercial muy diversificada y una actividad económica muy elevada en relación a su población, asimismo, es el mayor centro comercial del Vallès Oriental.
Su estructura comercial está fuertemente especializada en la alimentación, el calzado o la ropa, donde el pequeño comercio al por menor es hegemónico. También son muy abundantes los establecimientos de hostelería, restauración, reparaciones y estética, pero sufre la fuerte competencia de Barcelona y de las grandes superficies comerciales, gran parte de las cuales se han instalado en el polígono industrial del Pla de Ramassar.