El rocual es un animal clasificado como en peligro de extinción por la UICN.
El desarrollo de métodos de caza de ballenas como botes más rápidos y arpones explosivos, en el siglo XX agotó la población de rorcuales.
Se han dado varias estimaciones del tamaño de la población restante, que van desde menos de 100.000 a alrededor de 120.000 ejemplares.
El rorcual está protegido por la Comisión Ballenera Internacional (CBI) desde los años 70 en el Océano Austral y el Pacífico Norte, y desde 1986 en el Atlántico Norte. A pesar de esta protección, la caza a pequeña escala ha seguido realizándose desde Groenlandia, Islandia y Japón.
Además de la caza, las amenazas para este animal incluten los golpes con embarcaciones y la
captura accidental (ocasionalmente se enreda en las redes de pesca).