La civilización mesopotámica, compuesta por los antiguos pueblos sumerios, asirios y babilonios, tuvo un gran impacto en el arte antiguo.
En Mesopotamia, el arte se utilizaba principalmente con fines religiosos y políticos. Los sumerios y asirios crearon estatuas de dioses y reyes, así como relieves decorativos para templos y palacios. Estos relieves a menudo representaban escenas de batalla o ceremonias religiosas y eran elaborados con gran detalle y realismo.
Los sumerios también desarrollaron la escritura cuneiforme, lo que permitió la creación de tablillas de arcilla con inscripciones y escritos. Estas tablillas a menudo contenían textos religiosos o literarios, así como registros de transacciones comerciales y administrativas.
Los babilonios, por su parte, se destacaron por sus construcciones monumentales, como la Gran Muralla de Babilonia y el famoso jardín colgante de Babilonia.
En términos generales, el arte mesopotámico se caracteriza por su realismo y atención al detalle, así como por su función religiosa y política.