El tacto está directamente relacionado con la piel.
En la piel humana hay muchas células especializadas que pueden sentir la variación de temperatura, es decir, sentir el calor y el frío.
También hay células que son sensibles al dolor, gracias a ellas se puede identificar cuándo algo produce molestias o dolor.
A través del tacto también se puede mostrar afecto, con un abrazo o con una caricia.
Las principales áreas relacionadas con el sentido del tacto son la piel y las membranas mucosas. Tanto la piel como las membranas mucosas están dotadas de células sensoriales, responsables de la percepción de calor, frío, dolor y presión.
En los animales invertebrados, los receptores táctiles se encuentran en tentáculos y antenas.
El ser humano tiene diferentes tipos de receptores sensoriales:
- Corpúsculos de Meissner: responsables del tacto superficial.
- Corpúsculos de Paccini: receptores de presión.
- Corpúsculos de Ruffini: responsables de la percepción del calor.
- Corpúsculos Krause: responsables de la percepción del frío.
- Las terminaciones nerviosas de Merkel: informan sobre la presión y la textura.