Juzgar a una persona por su apariencia es evaluar o formarse una opinión sobre alguien en base a cómo se presenta físicamente, en lugar de basarse en su personalidad, carácter o cualidades internas. Esto puede incluir cosas como la apariencia física, la ropa que lleva, el peinado o el maquillaje. A menudo, este tipo de juicio se basa en estereotipos y prejuicios, y puede ser injusto e incluso dañino para la persona que es juzgada. Es importante tratar a las personas con respeto y no juzgarlas solo por cómo se ven porque cada persona es única y tiene su propia personalidad y valores.