Como probablemente sepas, cuando las personas se enfrentan a una situación emocional, sus caras y cuellos se ponen rojos y calientes. Esto se debe a que sus nervios, llamados vasodilatadores, son estimulados, lo que hace que los diminutos vasos sanguíneos en su cara y cuello se expandan. Debido a esto, se permite que más sangre viaje a través de estos vasos sanguíneos y, como resultado, les da una apariencia roja.