Muchas mujeres también experimentan episodios de sofocos durante la menopausia debido a los bajos niveles de estrógeno en el cuerpo.
Un sofoco es una sensación de calor, a veces acompañada de enrojecimiento, que se propaga por todo el cuerpo. Los sofocos son seguidos a menudo por la transpiración.
Pueden durar desde unos pocos segundos hasta media hora y pueden ocurrir en cualquier momento del día. La razón principal detrás de estos sofocos es la frecuente apertura y constricción de los vasos sanguíneos, debido al efecto de la menopausia.