Las semillas de manzana (y las semillas de plantas relacionadas, como las peras y las cerezas) contienen amigdalina, un glucósido cianogénico compuesto de cianuro y azúcar. Cuando se metaboliza en el sistema digestivo, este químico se degrada en cianuro de hidrógeno (HCN) altamente venenoso. Una dosis letal de HCN puede matar en minutos.

Afortunadamente, hay varios factores que hacen que la muerte por ingesta de semillas de manzana sea muy improbable. Primero, solo si las semillas han sido trituradas o masticadas. En segundo lugar, el cuerpo humano puede procesar HCN en pequeñas dosis, por lo que un par de semillas masticadas generalmente son completamente inofensivas. Finalmente, el adulto promedio necesitaría comer entre 150 y varios miles de semillas trituradas (dependiendo de la variedad de manzana) para estar en riesgo de envenenamiento por cianuro. Una manzana promedio contiene alrededor de cinco a ocho semillas. Por lo tanto, a menos que alguien coma 18 manzanas seguidas y haya estado masticando meticulosamente todas las semillas, no debería de haber ningún problema.