Jesús de Nazaret no tenía un maestro formal. Según la Biblia cristiana, Jesús es considerado el Hijo de Dios y, como tal, no tuvo necesidad de un maestro humano. Sin embargo, Jesús fue un rabino y probablemente tuvo maestros y mentores religiosos durante su formación. En la tradición cristiana, se cree que Jesús fue enseñado por Dios y que su conocimiento y sabiduría eran superiores a los de cualquier otro maestro humano.
En el Nuevo Testamento, Jesús se describe a sí mismo como «maestro» y es considerado por sus seguidores como un profeta y un líder religioso. Enseñó a la gente sobre Dios y sobre cómo vivir según sus principios. Sus enseñanzas están registradas en los Evangelios del Nuevo Testamento, que son cuatro libros del Nuevo Testamento que narran la vida y enseñanzas de Jesús.
Aunque Jesús no tuvo un maestro humano formal, sí tuvo muchos seguidores y discípulos que lo escuchaban atentamente y trataban de seguir sus enseñanzas. Estos discípulos incluyen a los 12 apóstoles, a quienes Jesús eligió para ayudarlo a llevar su mensaje al mundo. Después de su muerte y resurrección, los apóstoles y otros seguidores de Jesús se esforzaron por difundir su mensaje y establecer comunidades cristianas en todo el mundo.