El presidente de Estados Unidos durante la Gran Depresión fue Herbert Clark Hoover.
La Gran Depresión fue un período de crisis mundial que destacó en los Estados Unidos por la caída del mercado de valores.
En el período posterior al colapso, el presidente Hoover buscó contener el pánico que se había extendido a todos los sectores de la economía. Algunos de sus primeros movimientos de contención fueron: convocar a los líderes empresariales a la Casa Blanca para asegurar promesas sobre el mantenimiento de los salarios, que las pérdidas financieras solo afectaran las ganancias y no al empleador, ordenó a los gobiernos federales y estatales que aumentaran y expandieran proyectos de obras públicas y para estimular la economía solicitó al Congreso una reducción de impuestos de $160 millones.
En 1930 el gobierno y las empresas ya habían gastado mucho dinero para estimular la economía, sin embargo, el consumo continuó disminuyendo y como consecuencia las empresas e industrias tuvieron que reducir su producción y despedir trabajadores.
En el verano de 1932, la economía comenzó a mostrar signos de mejora, pero la imagen del presidente Hoover ya estaba muy deteriorada. El 4 de marzo de 1933, Franklin D. Roosevelt ganó las elecciones.
Algunos historiadores han argumentado que Hoover fue un presidente desafortunado ya que se vio obligado a soportar una crisis que tuvo su origen en administraciones anteriores.