Inicialmente, los primeros signos y síntomas de la enfermedad de Lyme son muy leves. De hecho, muchas personas la confunden con la gripe. Estos síntomas incluyen escalofríos, sudores, dolores musculares, náuseas y dolor en las articulaciones. Sin embargo, el signo más común es el área en expansión de enrojecimiento seguido de una erupción cutánea. Si no se trata, los síntomas pueden pasar a más graves, como palpitaciones del corazón, migrañas paralizantes e incapacidad para mover uno o ambos lados de la cara.
Los pacientes también han reportado episodios repetidos de hinchazón de las articulaciones y dolores de meses a años después de la infección inicial. Una vez que la garrapata infectada se traba en su piel durante más de 30 horas, es posible que los síntomas demoren unos 10 días en aparecer. Dado que la enfermedad de Lyme afecta a múltiples sistemas en su cuerpo, puede producir una amplia gama de síntomas.
Para clasificarlos a todos, la enfermedad de Lyme se describe médicamente en tres etapas. Estas incluyen:
a) Infección localizada temprana
Esta etapa ocurre cuando la infección aún no se ha diseminado por todo el cuerpo. Solo se ve afectada la zona donde la infección o la garrapata entró en contacto con la piel. El signo clásico de la enfermedad de Lyme suele ser una erupción circular que se expande hacia afuera y ocurre aproximadamente de 3 días a unas pocas semanas después de la picadura. Por lo general, la parte más interna permanece de color rojo oscuro y se vuelve más gruesa y firme, mientras que el borde exterior permanece rojo. Luego, la porción intermedia se aclara, dando la apariencia de un ojo de buey. Esta erupción roja puede ser cálida e incómoda, pero generalmente sin dolor.
b) Infección diseminada temprana
Dentro de unos días o semanas después de la infección inicial, la bacteria comienza a propagarse por todo el torrente sanguíneo. Los problemas pueden comenzar a desarrollarse en sitios de todo el cuerpo que no tienen nada que ver con la mordida original. También pueden ocurrir varios problemas neurológicos agudos, como fuertes dolores de cabeza, rigidez del cuello, sensaciones anormales en la piel, inflamación de la médula espinal, meningitis y parálisis facial. Otros síntomas incluyen cambios en el estado de ánimo, trastornos del sueño y pérdida de memoria con ritmo cardíaco anormal.
c) Infección diseminada tardía
Después de algunos meses de vivir con la enfermedad de Lyme, los pacientes que reciben un tratamiento inadecuado pueden desarrollar síntomas crónicos que pueden afectar varias partes del cuerpo. Esto incluye las articulaciones, los ojos, el cerebro, los nervios, el corazón y otros órganos. Se pueden producir una serie de síntomas incapacitantes, entre ellos, alteración de la función sensorial en las extremidades inferiores, entumecimiento, dolores punzantes, hormigueo, insomnio y dificultades cognitivas sutiles.