La conservación ocurre cuando los recursos naturales se utilizan de manera sostenible. Los recursos naturales pueden incluir aire, agua, vida silvestre y todo lo que la Tierra proporciona naturalmente. Los recursos naturales generalmente se clasifican en recursos renovables y no renovables. El primero puede comprender madera y luz solar, mientras que el segundo puede incluir los combustibles fósiles.
Cuando se trata de conservar los recursos no renovables, estos necesitan un mantenimiento adecuado a un nivel que las generaciones futuras puedan usar. Principalmente, se tienen en cuenta diversas necesidades de las personas, como las necesidades culturales, económicas y biológicas cuando se trata de la conservación de los recursos naturales.
Por otro lado, la preservación significa garantizar la seguridad y protección de un objeto contra cualquier tipo de descomposición o daño. Por ejemplo, cuando un manuscrito en una biblioteca se mantiene en buenas condiciones, se llama preservación.
La conservación significa el uso racional de los recursos naturales, mientras que la conservación significa la no utilización de los recursos naturales. La conservación es la prevención del daño en primer lugar, es decir, antes de que ocurra cualquier problema grave. Sin embargo, la palabra preservación se usa para el proceso de protección de entornos que ya han sufrido una gran destrucción.