El ejercicio aeróbico y el ejercicio anaeróbico son dos tipos de ejercicio que se diferencian principalmente en la forma en que se utiliza la energía durante el ejercicio.
El ejercicio aeróbico, también conocido como ejercicio cardiovascular, implica la realización de actividades que aumentan la frecuencia cardíaca y la respiración durante un período prolongado de tiempo. Algunos ejemplos de ejercicios aeróbicos son caminar, correr, andar en bicicleta y nadar. El ejercicio aeróbico se caracteriza por utilizar la energía obtenida de la oxidación de los hidratos de carbono y las grasas para producir ATP (adenosín trifosfato), la principal fuente de energía utilizada por el cuerpo durante el ejercicio.
Por otro lado, el ejercicio anaeróbico implica la realización de actividades que requieren una gran cantidad de energía durante un período corto de tiempo. Algunos ejemplos de ejercicios anaeróbicos son levantar pesas, hacer sprints y saltar la cuerda. A diferencia del ejercicio aeróbico, el ejercicio anaeróbico se caracteriza por utilizar la energía obtenida de la glucólisis anaerobia, es decir, la producción de ATP a partir de la glucosa sin la necesidad de oxígeno.
En resumen, la principal diferencia entre el ejercicio aeróbico y el ejercicio anaeróbico es la forma en que se produce la energía utilizada durante el ejercicio. El ejercicio aeróbico se caracteriza por utilizar la energía obtenida de la oxidación de los hidratos de carbono y las grasas, mientras que el ejercicio anaeróbico se caracteriza por utilizar la energía obtenida de la glucólisis anaerobia. Además, el ejercicio aeróbico suele ser realizado durante un período prolongado de tiempo, mientras que el ejercicio anaeróbico suele ser realizado durante un período corto de tiempo.