Correr y caminar son dos formas diferentes de ejercicio cardiovascular que tienen diferentes efectos en el cuerpo. En general, correr quema más calorías que caminar, pero también puede ser más duro para las articulaciones y el cuerpo en general.
En términos generales, correr quema unas 50% más calorías que caminar a la misma velocidad. Por ejemplo, una persona que pesa 68 kg quemará alrededor de 150 calorías corriendo a una velocidad de 8 km/h, mientras que caminando a la misma velocidad quemará alrededor de 100 calorías.
Sin embargo, esto no significa necesariamente que correr sea mejor que caminar. Caminar puede ser una excelente forma de ejercicio para las personas mayores o aquellas con problemas de rodilla o de cadera, ya que pone menos presión sobre las articulaciones. Además, caminar es más fácil de incorporar en la vida diaria, ya que puedes hacerlo mientras vas al trabajo o realizas tareas en casa.
Otra diferencia entre correr y caminar es que correr puede ser más intensa en términos de entrenamiento cardiovascular. Un entrenamiento de correr aumenta el ritmo cardíaco y la respiración de manera más significativa que un entrenamiento de caminar. Esto puede ser beneficioso para mejorar la resistencia cardiovascular y la salud en general.
En resumen, ambos son excelente forma de quemar calorías y mejorar la salud cardiovascular, pero correr quema más calorías que caminar, pero tiene un impacto mayor sobre las articulaciones. Si estás buscando una forma de ejercicio que sea fácil de incorporar en tu vida diaria y sea amable con tus articulaciones, caminar puede ser una excelente opción. Si buscas una forma de ejercicio más intensa y que te ayude a mejorar la resistencia cardiovascular, correr puede ser una excelente opción.