La ética empresarial y la responsabilidad social se usan comúnmente en el lenguaje cotidiano de manera casi intercambiable. Si bien la responsabilidad social se explica por sí misma, la ética es una palabra que pone a uno en un dilema. La responsabilidad social se ve claramente definida y demarcada. Las empresas tienen una política de responsabilidad social conocida como responsabilidad social corporativa mediante la cual se comprometen a seguir sus negocios de tal manera que beneficien a la comunidad en general. Pero la ética es un término que depende de la conciencia de una persona.
Aunque la ética empresarial y la responsabilidad social parecen estar superpuestas, siempre ha habido una contradicción entre las dos. Las empresas, aunque se comprometen a ser socialmente responsables de su comportamiento, se han encontrado involucradas en actos que no pueden llamarse éticos.
Lo que es bueno para la sociedad a veces no es bueno para la empresa, y lo que es bueno para la empresa casi nunca es bueno para la sociedad.
Si la sociedad está consciente, responde de tal manera que las empresas se ven obligadas a comportarse de manera responsable. Lo mismo se aplica a la administración y al poder judicial de cualquier país.
La venta de licor y tabaco en cualquier sociedad no está en contra de la ética empresarial, aunque puede estar en contra de los principios de responsabilidad social. Lo mismo se aplica a las loterías y juegos de azar.